Strangers in the bus

Hoy me pasó algo raro. Por un 'percance' (llamémoslo así) me tuve que bajar del colectivo antes de tiempo. Encima ya casi hace 2 semanas que el 99 se desvía porque Viamonte está cortada a la altura de Once. La cuestión es que me bajé del bondi en la Facultad de Medicina (lugar que me es absolutamente desconocido) y al rato cuando tuve que tomarme otro colectivo para llegar al trabajo (tarde por supuesto) me decidí por el 132 que no sólo me deja más cerca sino que además acababa de llegar a la parada donde yo me encontraba. Ya empecé mal cuando le pregunté al chofer antes de subirme: -'¿Este va por Paraguay?' A lo que el chabón responde: -'Esta es Paraguay.' Los pasajeros ('habitués' de la línea 132 que siempre lo toman) me miraron con cara de 'estaboludanosabenidondeestáparada' y yo, casi disculpándome sin saber bien porqué, me subí. Entonces ocurrió lo extraño. Me invadió un sentimiento difícil de explicar, como si yo fuera una 'intrusa' en ese colectivo y si bien había muchos asientos vacíos me daba como verguenza sentarme. Me parecía que todos me estaban escrutando con la mirada y si encima yo osaba sentarme en un colectivo que no tomo asiduamente (como el 99 viejo compañero de ruta) iba a romper quién sabe que pacto implícito entre los pasajeros del transporte público. Sentí que ese no era mi colectivo, que no tenía por consiguiente derecho a sentarme, y que más me valía no mirar a nadie porque sino me iban a bajar o peor aún iban a poner posters con mi cara en todos los colectivos de la línea con la inscripción 'Persona No Grata. Intrusa en la línea.'

Freak yo? Mmmmmm... Bueno, lo admito: puede ser.