R.C.P.

Eso es lo que yo necesito después de cada visita al otorrino.
Situación: MI doctor (que está absolutamente dable por donde se lo mire y que me tira los perros alevosamente incrementando el tono de los comentarios conforme pasan las consultas) bronceadito y más fuerte que nunca me recibe después de 2 meses.
Dr: (mientras me da un beso y me abraza fuerte contra el pecho) Hola, bombón! Te extrañaba... Pensé que me habías abandonado. (mirando a mi mamá) Señora, usted se puede ir nomás, déjemela un día solita conmigo.
Yo (descompuesta de la emoción): jijiji (risita nerviosa de colegiala ruborizada)
Dr: Estás más hermosa que la última vez. Estás preciosa. No sé como hacés.
Yo: jijiji (de nuevo actitud previa a mearme de la emoción)

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intervalo

(pueden ir al baño, comprar pochoclo o fumarse un cigarro antes de continuar con el relato)

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Durante el intervalo hablamos del tema que nos compete (?): mi nariz.
Después de las preguntas de rigor, me dice: acostate ahí en la camilla (voy a evitar hacer comentarios al respecto).
Se me sienta al lado, me acaricia la cara (WTF!?) y me sigue halagando empalagosamente. Me hace doler (mientras me revisa) y derramo una lágrima. Me la seca, me pide perdón y me toma de las manos. Me las besa como todo un caballero.
Me pregunta sobre el viaje, me pide que le mande fotos y mails. Me recuerda que tenemos una cena pendiente y que tengo que darle clases de inglés. Me roza el labio con la mano (sin querer queriendo) y me dice: Perdón! Es que con una boca así es difícil contenerse.
Yo: jijiji (fucsia)
Me tiene que anestesiar y mientras hace efecto el algodoncito me pide que me siente en la camilla y procede a masajearme a espalda. Dice que esos minutos no alcanzan, que necesito 'por lo menos una sesión de 3 horas'.
Una vez consumado el hecho (de revisarme la nariz, malpensados!) me roza el brazo mientras me acompaña a sentarme. Me dice que ya me está extrañanado y que por favor vuelva a verlo apenas regrese de USA. Pero no por mi nariz, por él.
Me paro para irme y me toma de la cintura (sí, de la cintura), me da otro beso, me abraza un poquito más y nos despedimos con un guiño de ojos.
Yo sólo quiero decir una cosa: si mi mamá no hubiera estado ahí no sé que hubiera pasado.