El 52...
Hace unos dÃas me agarró una especie de ‘mamitis’ aguda y no veÃa la hora de que llegaran mis dÃas francos (es decir, hoy y mañana) para salir a comer con mi mamá y pasar un dÃa con ella...
Entonces hoy me levanté a las 8.30hs (¿¡!?) y después de desayunar juntas nos fuimos a Once. Luego de caminar unas cuantas cuadras sin encontrar nada que valiera la pena, nos tomamos el subte y nos fuimos al Abasto (3º vez que voy en la última semana!). Me compré muchÃsima ropa (al pedo, ya tengo mucha) y algunos regalillos para el resto de la flia. Debo confesar que me sentà medio compradora compulsiva (enfermedad de la que padezco hace poco más de un año) y le dà sin asco a la tarjeta de débito. Luego, me sentà culpable, y más luego aún pensé: ‘Sino trabajo para esto, entonces para qué?’ Y entonces le seguà dando (insisto) sin asco.
Comimos en Burger ese nuevo combo ‘Brava’ (del cual me enteré leyendo el blog del amigo Matt) y nos fuimos en taxi hasta Santa Fé porque se me habÃan antojado unas botas que no conseguÃa por ninguna parte. Tampoco las encontramos por allÃ, pero nos hicimos un ratito para un café juntas (rito que con mi mamá disfrutamos como pocas otras cosas) y nos volvimos a Flores. En el colectivo se nos ocurrió bajar en Rivadavia (como a 8 cuadras de casa) y volver caminando por los locales (una locura, teniendo en cuenta que ya venÃamos re cargadas de bolsas tipo Alicia Silverstone en ‘Clueless’). Conseguà las botas y otras tonterÃas y nos volvimos casi corriendo porque empezó a lloviznar...
Resumiendo, charlamos mucho, me aconsejó, nos dijimos cuanto nos queremos, nos reÃmos pero fundamentalmente disfrutamos... Creo que lo necesitábamos... Las dos...
Hace unos dÃas me agarró una especie de ‘mamitis’ aguda y no veÃa la hora de que llegaran mis dÃas francos (es decir, hoy y mañana) para salir a comer con mi mamá y pasar un dÃa con ella...
Entonces hoy me levanté a las 8.30hs (¿¡!?) y después de desayunar juntas nos fuimos a Once. Luego de caminar unas cuantas cuadras sin encontrar nada que valiera la pena, nos tomamos el subte y nos fuimos al Abasto (3º vez que voy en la última semana!). Me compré muchÃsima ropa (al pedo, ya tengo mucha) y algunos regalillos para el resto de la flia. Debo confesar que me sentà medio compradora compulsiva (enfermedad de la que padezco hace poco más de un año) y le dà sin asco a la tarjeta de débito. Luego, me sentà culpable, y más luego aún pensé: ‘Sino trabajo para esto, entonces para qué?’ Y entonces le seguà dando (insisto) sin asco.
Comimos en Burger ese nuevo combo ‘Brava’ (del cual me enteré leyendo el blog del amigo Matt) y nos fuimos en taxi hasta Santa Fé porque se me habÃan antojado unas botas que no conseguÃa por ninguna parte. Tampoco las encontramos por allÃ, pero nos hicimos un ratito para un café juntas (rito que con mi mamá disfrutamos como pocas otras cosas) y nos volvimos a Flores. En el colectivo se nos ocurrió bajar en Rivadavia (como a 8 cuadras de casa) y volver caminando por los locales (una locura, teniendo en cuenta que ya venÃamos re cargadas de bolsas tipo Alicia Silverstone en ‘Clueless’). Conseguà las botas y otras tonterÃas y nos volvimos casi corriendo porque empezó a lloviznar...
Resumiendo, charlamos mucho, me aconsejó, nos dijimos cuanto nos queremos, nos reÃmos pero fundamentalmente disfrutamos... Creo que lo necesitábamos... Las dos...
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